TIPOS DE "EFECTOS" DE LA INSULINA

La primera vez que el veterinario nos explica que a partir de ahora debemos pinchar insulina a nuestro gato, es un mazazo. Entramos momentáneamente como un un estado de shock y es entonces cuando un torrente de dudas vienen a nuestras cabezas, sobre todo, porque la mayoría de nosotros nunca antes habíamos manejado jeringuillas y su uso, aunque realmente es muy fácil, se nos antoja complicado. ¿Seré capaz de pinchar a mi gato? ¿Me pasaré con la jeringuilla y le pincharé en algún órgano vital? Todas esas preguntas y un sinfín más nos vendrán a la cabeza. 

Sin embargo, luego nos damos cuenta de que no es para tanto y de que nuestro shock inicial, aunque justificado, ha pasado a mejor vida.

COMO PINCHAR A NUESTRO GATO

Aunque ya lo he explicado en otras ocasiones, ésta, a simple vista, puede no ser una tarea fácil ya que depende del gato y de nuestras habilidades para manejarle. Sinceramente yo jamás tuve ningún problema con mi gato a la hora de pincharlo porque desde el primer momento él se dejaba manejar y pinchar. Nunca me tocó ir a buscarlo o luchar con él para ponerle su dosis. En el apartado "Insulina Lantus y pastillas" he puesto dos videos sobre cómo pinchaba yo a mi gato.

Desde el inicio, lo que yo hacía era siempre, antes de ponerle su dosis, dársela a oler para que él supiera que le venía el pinchazo. El pobrecito, nada más olerlo se tumbaba en el suelo y se quedaba como congelado, sin mover ni las orejas hasta que yo le pinchaba. Pero si vuestro gato es de los que no se dejan, yo os aconsejo que, sobre todo al principio, lo trateis con cariño, que le dediqueis un tiempo a acariciarle, hablarle y explicarle que es por su bien. Aunque algunos se puedan reír, lo que pretendemos con esto es que a través del tono de nuestra voz, el gato se tranquilice y una vez conseguido esto, le damos a oler la insulina y después le "pellizcamos" la parte de la espalda y le introducimos una puntita de la jeringuilla. Cuando saquemos la jeringuilla, le hacemos un pequeño masaje en la zona donde le hemos pinchado para evitar que se le formen bultos y ya está. Hay que procurar no pincharle siempre en el mismo punto para evitar que se le formen heridas o se endurezca esa zona.

MI CONSEJO SOBRE COMO SOBRELLEVAR DIARIAMENTE SU TRATAMIENTO

Aunque este punto ya lo menciono en el apartado de "Insulina Lantus y pastillas", quisiera volver a repetirlo en este apartado porque me parece muy importante, dada la cantidad de mensajes que me llegan con dudas sobre cómo sobrellevar el tratamiento de vuestro gatito diabético. 

Mucha gente se obsesiona con chequear la glucosa de su gatito cada dos horas y se asustan porque le están poniendo la insulina y su glucosa sigue alta. Mi consejo es que cuando se comience a poner la insulina, se le deje tranquilo al animal y solo le pinchéis cada 12 horas y punto. No es sano ni para el animal ni para su dueño estar pinchando constantemente al gato cada dos por tres. El gatito acabará estresándose y su glucosa se disparará, además no hace falta. Cuando uno comienza a ponerle la glucosa, la ayuda ya está en camino y hay que dejarla que actúe en su organismo. La glucosa hará su trabajo pero vuestro gatito no se curará de un día a otro. Tendrá picos altos y bajos aunque le pongáis la insulina y tardará de unos dos a tres meses en regularse del todo así que por favor no le hagáis pasar a vuestro gatito por más suplicios. Yo siempre le aconsejo a la gente, chequear su glucosa solo cuando veáis que vuestro gato está mal, de no ser así, dejarlo tranquilo.

A modo de resumen:

• Cuando comencéis a ponerle insulina a vuestro gato, pincharle cada 12 horas su dosis y el resto del tiempo dejarlo tranquilo. No le excitéis más de lo necesario.

• A la semana, le chequeáis su glucosa y fructosamina para ver sus niveles y saber si hay que reajustar la dosis.

• Durante su tratamiento al principio tendrá picos de glucosa, esto es normal y no hay que asustarse.

• No os obsesionéis con chequearle la glucosa cada dos por tres. Hacerlo solo si notais que vuestro gato no está bien: si se tambalea al caminar, si se tumba en su arenero, si se orina o defeca fuera del arenero, si no come, si está muy aletargado, etc. Ese será el momento de chequear su glucosa, no antes.

• Vuestro gato tardará de 2 a 3 meses en regularse así que habrá que tener paciencia.

HIPOGLUCEMIA

Aunque este tema lo trato en varias páginas, no está demás volver a recordarlo ya que tener claro este factor, puede salvar la vida de nuestra mascota.

La hipoglucemia normalmente está causada porque le hemos puesto insulina de más, posiblemente porque no hemos tenido en cuenta si ha comido antes, o qué cantidad ha comido, si ha corrido o jugado en exceso por lo que su organismo ha quemado azúcar, si ha adelgazado y no hemos regulado su dosis respecto al peso, etc.

Los síntomas que nos avisan de que nuestra mascota está sufriendo una hipoglucemia son los siguientes.

• A veces podemos encontrarlos tumbados en su arenero, o en caso de haber vomitado, lo podemos encontrar tumbado sobre su vómito. Mala señal. Si esto pasara, sacarlo de ahí y observarlo detenidamente. Levantarlo del suelo y dejarlo caer sobre sus patas para ver si se sostiene sobre ellas. De no ser así, en caso de que se deje caer, como "desmadejado", es un síntoma de que está teniendo una hipoglucemia.
• Si se tumba en lugares donde nunca lo hace normalmente (en medio de la cocina, en medio del salón, etc) y parece como "cansado", prestadle atención, echarle algún juguete a ver que hace. Si lo ignora o no se mueve, como siempre, levantado y dejarlo caer sobre sus patas, hacerlo caminar para aseguraros de que camina bien y está todo en orden.
• Si al caminar pierde el equilibrio, le cuesta mover las patas de atrás y se balancea como si fuera a caerse, dadle un poquito de azúcar pero sin pasaros y veréis cómo enseguida comienza a caminar y a comportarse de manera normal.
• Si se  orina, vomita y defeca al mismo tiempo, es un síntoma inequívoco de que está teniendo una hipoglucemia. 
• Si se obsesiona con una acción determinada, como por ejemplo, como le pasó a mi gato un día, subirse en el cubo de la fregona. Observé que intentaba por todos los medios subirse al cubo pero torpemente, se chocaba con el cubo y cuando levantaba las patas para subirse, se caía. Si lo apartaba, intentaba zafarse por todos los medios para volver al cubo. Si me lo llevaba en brazos, lo mismo, se ponía nervioso e intentaba lanzarse al suelo para continuar con su obsesión de subirse al cubo, pero de manera histérica, cuando normalmente, si lo cogía en brazos, jamás quería bajarse.
• Si mira alrededor con la vista perdida, como si no reconociera el lugar donde se encuentra y mueve continuamente la cabeza de lado a lado observando el lugar histérica e insistentemente... atentos, porque puede estar teniendo una bajada de azúcar.

Si vuestro gato presenta alguno de estos síntomas, lo más seguro es que esté sufriendo una hipoglucemia asi que corred a por azúcar y echárselo en la boca hasta que comience a comportarse con normalidad, esto es, dejar de mover la cabeza o caminar sin caerse o tambalearse.

EFECTOS DIFERENTES COMO CONSECUENCIA DE LA INSULINA

Hay una serie de "efectos" y tipos de diabetes que conviene conocer porque algunos, como se explica a continuación, puede llevarnos a error o a un mal diagnóstico:

EL EFECTO SOMOGYI

Este efecto se refiere a una montaña rusa de insulina-glucosa, o sea, picos extremos entre las altas y bajas tras administrar insulina.

A veces, cuando administramos la insulina a nuestros gatitos, les ponemos insulina de más y provocamos que el azúcar en sangre caiga a plomo provocando una hipoglucemia. Entonces el organismo de defensa del gato actúa liberando glucógeno en masa, osea azúcar a chorro en el torrente sanguíneo, lo que hace que suba el azúcar a niveles extremos provocando esta vez una hiperglucemia. Los efectos de una hiperglucemia son los mismos que los de la diabetes (aumento de sed y de orina, depresión, pérdida de peso, etc). 

Por lo general, para contrarrestar el efecto Somogyi hay que reducir la dosis de insulina que le administramos a nuestro gato ya que estos picos extremos pueden acabar dañando el organismo de nuestra mascota. 

En resumidas cuentas, el efecto Somogyi es un episodio de hiperglucemia, provocado por una hipoglucemia.

EL EFECTO "LUNA DE MIEL"

Esta es una fase en la que la necesidad de insulina disminuye en el gato. Se le llama "luna de miel" porque normalmente sucede en los primeros días o las primeras semanas de comenzar el tratamiento con insulina pero pasado este tiempo, la necesidad de insulina se regula. Este efecto puede llevar a hacernos pensar que nuestro gato no necesita insulina pero no es así. Se cree que este proceso tiene que ver con la fluctuación de las células beta pancreáticas. 

Durante este periodo se recomienda no dejar de poner insulina al animal aunque las dosis sean muy bajas para evitar la formación de anticuerpos.

DIABETES TRANSITORIA

Esta es una diabetes reversible que se da hasta en un 40% de los gatos. En este caso, se trata de animales cuya diabetes apareció como causa de alguna otra enfermedad. El caso más común es el de los gatos obesos, los cuales presentan altos niveles de glucosa en sangre pero al perder peso, se recupera la función normal de la insulina. Lo mismo sucede con los gatos con inflamación de páncreas pero una vez curado, el páncreas recupera la capacidad de producir insulina por sí mismo. Durante este periodo, el gato necesitará tratamiento con insulina hasta revertir la enfermedad que lo causó pero si la diabetes del gato es reversible o no, no se puede saber al principio del tratamiento con insulina con seguridad.

ESTRES HIPERGLICÉMICO

En muchos gatos, que no en perros, el estres, el miedo o los nervios pueden causar que su

azúcar suba a niveles de 300 y 400 mg/dl, sin ser el gato diabético. Eso sucede porque al estar asustado, por ejemplo, su organismo libera adrenalina. Este diagnóstico puede llevarnos a pensar que nuestro gato es diabético, sin serlo, por ejemplo cuando lo llevamos a una clínica veterinaria porque nuestro gato presenta cualquier otro síntoma y el veterinario le realiza una analítica o usa el glucómetro en ese instante. Los niveles de glucosa en sangre darán niveles altos por lo que nos puede llevar a pensar, como digo, que el gato es diabético. Sin embargo, si le hacemos una prueba de orina, veremos que la glicosuria (glucosa en la orina) está en niveles normales, por lo que descartaríamos la diabetes. La glucosa en la orina saldrá normal porque este nivel alto de azúcar no se prolonga en el tiempo los suficiente como para pasar a la orina.

RESISTENCIA A LA INSULINA

En algunos casos, aunque esto no es muy frecuente, se ha podido comprobar que algunos gatos son resistentes a la insulina. Esto quiere decir que cuando se le inyecta insulina, el organismo del gato considera a esta como un intruso hostil formando anticuerpos para tratar al intruso. Esto se verá porque por mucha insulina que se le ponga al animal, su nivel de glucosa no varía. En este caso, no hay ninguna otra opción para tratar su diabetes, aunque siempre se podría recurrir a otros métodos alternativos a la insulina como las "plantas comedoras de azúcar" que comento en mi página "Alternativas a la insulina".