CASOS REALES

En este apartado quisiera contar vuestros casos, tanto de perritos como de gatitos, los de toda la gente que me escribe preocupada, me cuentan sus experiencias y me envían fotografías de sus gatitos. 

Si alguien quiere que se cuente su historia para ayudar a otras personas a comprender que esta enfermedad, con el tratamiento adecuado, sí se puede curar, yo estaré encantada de añadir vuestras experiencias a mi blog.

EL TRISTE CASO DE BLANCO

Quisiera contaros un caso real que me ha llegado hace poco. Su dueña me escribió para contarme lo sucedido con su gatito y quisiera exponer este caso en mi blog.

Blanco

Este es Blanco, un gatito que falleció a causa de la negligencia del veterinario que le atendió, quien ignoró las señales de alarma de sus dos días seguidos de vómitos y de su pérdida paulatina de peso. Cuando por fin se dignó a hacerle una analítica, un mes después de su alerta, comprobó que Blanco era diabético ya que sus niveles de azúcar eran muy elevados. 




Como la mayoría de los veterinarios decidió tratarlo con Caninsulin, lo que provocó que su azúcar en vez de bajar, subiera hasta 600, deteriorando todos sus órganos, lo que le provocó un colapso que causó su fallecimiento.

LILA, LA GATITA LUCHADORA

Antes (con 3 meses de edad)

Otra persona llevó a su gatita de sólo 3 meses al veterinario porque comía poco. El veterinario pensó que no le gustaba la comida por lo que le recetó vitamina A y le cambió de marca de comida. La gatita empeoró hasta estar a las puertas de la muerte. Su dueña entonces preguntó si podía ser diabetes a lo que el veterinario respondió que los gatos tan pequeños no tienen diabetes, solo los viejos y gordos. 

Finalmente sí midieron su glucosa y descubrieron que estaba altísima. Comenzaron con insulina porcina NPH y su azúcar aumentó a 600, cercano al coma diabético hasta que, siguiendo mi consejo, comenzó con Lantus y el primer día su glucosa ya bajó a 400. Pero el veterinario recomendó pinchar al animal una sola vez al día y sólo 1 unidad. Esto y nada, es lo mismo. Bueno, como siempre digo, los veterinarios cuando abren su clínica y tienen ya una clientela asegurada, dejan de estudiar y estar al día sobre los avances en enfermedades y tratamientos para animales. Básicamente se limitan a poner vacunas y castrar perros y gatos pero la mayoría no sabe de diabetes, ni qué tipo de diabetes hay, ni qué insulina es la mejor, ni qué dosis hay que ponerles. 
Tengo que decirles que los gatos de pocos meses también pueden ser diabéticos, al igual que sucede con las personas, ya que cada vez hay más bebés diabéticos. En ese caso, su diabetes suele ser de tipo I que es la peor porque su pancreas no produce insulina, a diferencia de la tipo II en la que el funcionamiento del páncreas es deficiente lo que quiere decir que produce poca, no suficiente como sustentarse sin insulina externa pero con posible pronóstico de curación. 
Por otro lado, a un animal con 600 de glucosa no se le puede tratar solo con un pinchazo al día. Necesita 1 pinchazo cada 12 horas sí o sí, y desde luego no de 1 unidad, sino de 3 unidades como poco (dosis inicial de choque), ya que en este caso se trata de un animal de solo 3 meses. Más adelante, habría que ajustar esa dosis bajándola un poco. Aquí se pueden ver los resultados.

Después (con 1 año de edad)

ROMEO, CURACIÓN TOTAL

Os presento a Romeo antes de comenzar su tratamiento. Pesaba solo 1 kilo 900.

Este es Romeo, tras su tratamiento con Lantus y ya con su peso normal, casi 6 kilos y 2 años de edad. Como se puede apreciar, el cambio es espectacular. Actualmente ya no necesita insulina.

 


















PACHORRAS, OTRO GATITO QUE VA POR EL BUEN CAMINO

Pachorras un gatito de 7 kg de peso que prácticamente ya está curado de su diabetes. Lo peor ya ha pasado.

 

JACOB, YA CONTROLADO.

Este es un caso especial porque actualmente está controlado gracias al Plantago Ovata del cual también hablo en este blog.

BLADE, EL GATO NEGRO QUE TAMBIÉN SE CURÓ.

Blade es un gatito de 9 años que comenzó con diabetes y con problemas en sus patitas traseras al caminar. Tras su tratamiento con Lantus, Blade es un gato más entre el resto de sus compañeros.

LEONOR, UN NUEVO ÉXITO

Esta es Leo (Leonor), una gatita de 10 años que pesaba 7 kilos cuando le diagnosticaron la diabetes. Ese día, su glucosa estaba en 600, a punto de morir de un coma diabético. 

Leo comenzó con Prozinc, 1.2 unidades cada 12 horas y pronto se consiguieron mínimos de 120 y máximos de 300. Su alimento fue exclusivamente Granapet y esporádicamente la alimentaban con Acana. Un mes despues, su glucosa estaba regulada y actualmente ya no necesita insulina.

FRODO,  CURACIÓN TOTAL

Lorena, la dueña de Frodo, me hizo llegar su historia para compartirla con todos vosotros. Aquí esta:

Mi gato Frodo, un gato común europeo de 14 años, se encontraba perfectamente de salud cuando, hacia el mes de septiembre de 2016 empezamos a notar que había aumentado su consumo de agua y, consecuentemente, de orina. El consumo fue aumentando de manera exponencial, llegando a ser muy notable. Parecía tener sed en todo momento, se terminaba su recipiente de agua, dejaba sin agua a nuestro otro gato e intentaba beber de otros lugares como algún grifo o el cubo de la fregona, cosa que nunca antes había hecho. El arenero estaba siempre mojado, llegando a pesar mucho. Orinaba mucho más de lo normal para él, claro, a consecuencia de la ingesta de agua.

Otro de los síntomas que nos alertó fue la pérdida de peso: a pesar de comer normal estaba visiblemente más delgado en muy poco tiempo.

A finales de octubre, viendo que los síntomas persisitían decidimos llevarlo al veterinario donde, tras una analítica de sangre, nos confirmó que nuestro gato tenía diabetes. En la analítica su glucosa estaba a 577, valores altísimos para un gato en los que la glucosa tiene que estar alrededor de 100. 

Nos asustamos mucho, en primer lugar por la salud del gato, porque se nos explicó que con valores así durante algo más de tiempo el gato podría sufrir un coma diabético, algo realmente grave. En segundo lugar porque el tratamiento nos pareció muy complicado: pienso especial para gatos diábeticos, darle de comer sólo cada 12 horas (cuando nos fuera mejor, pero cada 12 horas exactas) y lo peor: pincharle insulina subcutánea.

Además el veterinario nos explicó que empezaríamos a pincharle muy poca insulina y que iríamos viendo cómo respondía su glucosa y modificando seguramente la cantidad de insulina administrada a lo largo de las primeras semanas. Que teníamos que ser cuidadosos y no podíamos pincharle mucha de golpe porque podríamos provocarle una bajada peligrosa de glucuosa en sangre. Era mejor empezar por poca cantidad e ir aumentado sobre la marcha.

Así, iniciamos el tratamiento con la insulina Prozinc 0.2 UI cada 12 horas justo después de las dos comidas (pienso para diabéticos Royal Canin). En la primera semana la glucosa en el control del veterinario estaba a 307, un alivio para los niveles que tenía... Al principio, dados los altos valores de glucosa en sangre era primordial controlarlo en el veterinario semanalmente. La segunda semana nos desanimamos un poco porque su glucosa había vuelto a subir. Entonces aumentamos su dosis de insulina a 2,5 UI para ver si así lográbamos controlar mejor su azúcar en sangre.

Afortunadamente en la tercera semana su glucosa había bajado a 125UI y volvimos a bajar su insulina a 2UI, como había sido al inicio.

Para el mes de diciembre, aproximadamente un mes y medio después empezar el tratamiento, habíamos bajado la insulina a 1UI y Frodo seguía con valores cercanos a 100 en sangre. Fue entonces cuando el veterinario decidió probar 5 días sin pincharle insulina para ver si los valores de disparaban o seguían estables. A los 5 días, afortunadamente sus valores estaban perfectos. A partir de ahí, el veterinario, gratamente sorprendido de su evolución, nos propuso volver a controlarlo a la semana pero seguir sin pincharlo. A la semana Frodo seguía estupendo. En casa, por si acaso, vigilábamos su comportamiento: que no volviera a beber más agua, orinar más, perder más peso, etc. Pero todo parecía normal.

Entonces dejamos de pincharlo de manera indefinida hasta el momento (estamos a abril de 2017, ¡realmente sólo le hemos pinchado durante un mes y medio!)

Comentaros que durante el tratamiento Frodo ha recuperado también parte del peso que perdió, de manera rápida, la verdad. Y que, evidentemente, sigue tomando su pienso para diabéticos y seguimos dándole de comer cada 12 horas.

En un principio el pienso para diabéticos pareció no gustarle mucho, pero con paciencia y mimos a la hora de la comida lo fue aceptando. Probamos también con alguna lata de comida húmeda para diabéticos pero aún le gustaban menos, supongo que era un gato acostumbrado al pienso seco. 

En cuanto a pincharle se nos hizo un mundo en un inicio. Recuerdo salir de la consulta del veterinario bastante desanimada: ¿pinchar al gato?, ¿cómo?. Pero tengo que deciros que no fue para nada difícil, de verdad. Es más el susto inicial que lo que luego supone el tratamiento realmente.

Nosotros decidimos pincharle justo en el momento en que comía. Su postura era ideal, podíamos levantarle sin problemas la piel para pincharle sin forzarlo ni agobiarlo, de hecho él seguía comiendo con gusto porque al comer sólo cada 12 horas llegaba con hambre y se dejaba hacer, nunca tuvimos ningún problema, sinceramente. 

Alguna vez le pinchamos mal, pero entonces te das cuenta porque el líquido queda en la piel así que tocando la zona sabes si se ha pinchado bien o mal. Si está mojado se repite el pinchazo y no pasa nada. Eso sí, hay que asegurarse de no pincharle dos veces porque entonces duplicaríamos la dosis de insulina y esto puede provocarle una bajada de azúcar repentina que podría ser peligrosa.

Con paciencia y estableciendo unos horarios (7h de la mañana y 19h de la tarde, por horarios nuestros de trabajo) en seguida todos nos acostumbramos a las nuevas rutinas de comida y de administración de insulina.

Me gustaría que esta experiencia sirviera para animar a las personas que se encuentran en una situación similar o que a su gato le acaban de diagnosticar diabetes: no es el final del mundo y realmente, con la insulina los gatos mejoran, recuperan su vida normal y todo vuelve a la normalidad. Hay que establecer unas pautas alimenticias y administrarles insulina pero, de verdad, es todo mucho más fácil de lo que nos parece y los gatos se adaptan rápidamente.

Algunos gatos, como Frodo, incluso revierten la situación y pueden vivir tranquilamente sin insula, sólo con su pienso para diabéticos.  

¡Así que mucho ánimo y un abrazo fuerte para todos los gatitos y dueños en esta aventura!

BOO, MEJORÍA GRACIAS AL ALIMENTO ADECUADO

Boo es un gatito de 15 años diabético y con insuficiencia renal. Desde hace 5 meses su dueña le ponía insulina Prozinc y su nivel de glucosa era un poco irregular con picos altos y bajos. Su alimento era comida renal de Royal Canin. Como Boo no acababa de mejorar, su dueña fue a una tienda especializada en alimentación llamada Bichuki que también vende online. Allí le explicaron que la mayoría de alimentos para mascotas está llena de arroces y harinas, algo que los gatos no necesitan y le aconsejaron probar con una marca italiana llamada Farmina VetLife Renal, ya que este alimento está hecho a base de proteína animal con un bajo indice glucémico, ideal para gatos diabéticos. Al cabo de 3 semanas, su nivel de glucosa había bajado a 160 y con 15 años Boo comenzó de nuevo a tener la vitalidad que había perdido cuando empezó con esta enfermedad. 

GATITO CON DIAFRAGMA ROTO, CON INMUNODEFICIENCIA Y DIABÉTICO: 

María S. nos cuenta la historia de su gatito Nachito: Tengo un gato que recogí de la calle hace dos años y pico porque se estaba muriendo. Tuvieron que operarle de urgencia porque tenía el diafragma roto y se recuperó completamente. Además, dio positivo a inmunodeficiencia. Al contrario de otros gatos que tengo también recogidos de la calle, él nunca se ha acostumbrado a vivir con gente. Se pasa el día en una habitación que él considera su refugio y, aunque a veces me permite acariciarle un ratito, ésa es toda la interacción con humanos que él pretende. Tampoco se relaciona mucho con los otros gatos. La veterinaria nos comentó que seguramente sería un gato "raro" debido a su problema con el diafragma: el problema era de nacimiento, y, por ello, seguramente nunca había podido correr ni saltar como los otros gatos ni, por tanto, relacionarse con ellos de manera normal (el diafragma roto provoca que los órganos abdominales se vayan hacia el pecho, aplastando los pulmones, el corazón, etc., y provocando dificultad para respirar, fatiga, poco apetito...).

Todo este rollo para explicar por qué no le puedo coger ni, por supuesto, llevarle al veterinario (salvo cuando le cogí de la calle, pero es que estaba casi agonizando y sin fuerzas). Aparte de que, al tener inmunodeficiencia, la cosa se complica todavía más, pues es importantísimo no estresar a un gato con inmunodeficiencia.

El caso es que, a los pocos meses de estar en casa, y seguramente debido a que, tras la operación, por fin podía comer con ganas y en cantidad, pues empezó a engordar. Sumado a su sedentarismo casi total, en poco tiempo empezó a beber muchísimo y orinar mucha cantidad y muy frecuentemente, y fuera del arenero, y se le estropeó el pelo. Como no podemos cogerle, decidimos llevar al veterinario una muestra de orina para que la analizaran. Había glucosa. Sumado a los síntomas que presentaba, la veterinaria no dudó en diagnosticar diabetes. Según nos dijo, a un gato diabético y con inmunodeficiencia al que no se le podía pinchar insulina por ser inmanejable, era mejor plantearse dormirle, porque todo iba a ir a peor y no había remedio. A mí aquello me sonó como muy bestia. Vale que es un problema, pero, digo yo, que habrá que probar algo o buscar alguna solución alternativa antes de pensar algo así. El caso es que eso no me gustó. Y decidí informarme por mi cuenta y ver lo que encontraba. Buscando piensos para la diabetes, encontré por azar una web de un laboratorio que prepara productos naturales para animales. Y había uno para regular la glucosa. No me lo pensé dos veces y lo compré.

 

Ha pasado algo más de un mes desde entonces. Te puedo decir que con este producto y con la dieta, mi gato ha mejorado mucho. Bebe menos, come menos, orina mucho menos y el pelo lo tiene mejor. Además, está más activo. Se aprecia claramente que él se encuentra mucho mejor. Todavía no puedo decir que se haya curado, pero el cambio ha sido notable, te lo aseguro. A ver si con un poco más de tiempo lo conseguimos.

Para que tengas más información, por si puede ayudar a otra gente, el Glucoregul se lo combino con dieta. En mi caso, le estoy dando una mezcla de Purina Pro Plan para diabetes y Virbac. Pasé mucho tiempo leyendo la composición de todos los piensos diabéticos que encontré. Soy muy especialita con eso. No me gusta que tengan cereales ni subproductos, ni otras guarrerías que les suelen echar. Y esos dos son los que más se podían salvar, aunque tampoco me parecieron perfectos. Pero lo importante es que parece que le hacen efecto, porque ha adelgazado (estaba muy gordo). También le doy comida húmeda para diabetes, de distintas marcas para que varíe un poco. No tengo el problema de que se vaya a comer la comida de los otros porque él sólo come en el cuenco de su habitación, los otros no los toca. Y los demás, pues alguna vez pillan del pienso para diabetes, pero, bueno, algunos tienen algo de sobrepeso y tampoco les va mal...

El Glucoregul se lo doy una vez al día, media pastillita (en el bote se indica un comprimido cada diez kilos de peso, y mi gato pesa unos cinco). Son pastillas muy fáciles de cortar y de machacar (se lo aplasto y el polvo se lo mezclo con un poquito de comida húmeda). Se lo come en cinco segundos, el tío. Huelen a una mezcla de pollo con hierbas, parecido al avecrem.

Empecé a notar los efectos a los pocos días de empezar a dárselo. Antes era horroroso: orinaba cada media hora, charcos enormes. Y bebía litros de agua. Tuve que comprar otro cuenco mucho más grande (de perro) para que no se quedara sin agua, y eso que se la rellenaba dos veces al día. Cuando cogía el cacharro para fregarlo, el pobre esperaba con desesperación que terminara para ponerse a beber como loco. Ahora todo eso se acabó. Bebe muchísimo menos y, claro, orina también mucho menos. Todavía se lo hace fuera del arenero, pero nada que ver con lo de antes. También come menos y el pelo ha mejorado.

Además, el Glucoregul cunde mucho (vienen 100 comprimidos) y es bastante asequible de precio. Lo digo por lo que me cuentas de que te escribe gente de países muy pobres que no pueden gastar mucho. Lo que no sé es si ese laboratorio envía a todo el mundo. A Francia y España sí, pero al resto del mundo, ni idea.

Éste es el producto:

https://www.labo-demeter.com/es/piensos-y-productos-naturales-para-perros/28-glucoregul.html