COMO CONTROLAR LA DIABETES SIN ANALÍTICAS

En alguna ocasión he hablado de que nunca llevo a mi gato a los veterinarios y tampoco le controlo la glucosa en sangre, pero entonces ¿cómo se le controla la diabetes? se preguntará mucha gente.

Nada más detectarle la diabetes, como haría "todo hijo de vecino" a mi gato le hicieron todo tipo de pruebas, análisis completos de sangre, análisis de orina, curvas de azúcar, etc. Le cambiaron de insulina y de dosis en infinidad de ocasiones y mi gato cada vez estaba más delgado y cada vez tenía menos fuerzas. Se me estaba yendo ante mis ojos. 

Como explico en la página principal de mi blog, visité varios veterinarios y cada uno me decía lo contrario del anterior y tenía opiniones totalmente distintas sobre la dosis adecuada o el tipo de insulina, que justamente el veterinario anterior me había dicho que no iba a funcionar. Yo pensaba que esto era una ciencia y que tanto la insulina como las dosis deberían estar reguladas en algún "manual" sobre diabetes felina y que su tratamiento no se podía dejar en manos de las ocurrencias de cada veterinario. Pero me equivocaba.

Todo esto me parecía un caos, y me daba la sensación de que entre los veterinarios había poca seriedad y mucha falta de interés, de información y sobre todo de profesionalidad. 

Y para colmo, los propios veterinarios con sus ocurrencias, le provocaron dos hipoglucemias y en la última mi veterinaria se negó a atenderme porque era la hora de la comida y debía esperar 2 horas para ir a verla mientras mi gato se moría en mis brazos. Esto ya fue la gota que colmó el vaso. Acabé tan harta de ineptos que lo único que querían era sacarme el dinero, que comencé a leer y a estudiar todo lo posible sobre diabetes felina. Así descubrí que es muy fácil saber cómo están los niveles de azúcar de mi gato.

Mi método:

• Utilizar siempre los mismos cuencos para el agua y la comida 
• Llenar siempre esos mismos cuencos con la misma cantidad diaria de agua y de pienso seco por la noche, antes de ir a la cama
• Por la mañana, lo primero que hay que hacer es observar el cuenco del agua, ya que será la guía para saber sus niveles de azúcar.
• La comida no la toco, simplemente observo cuánto ha comido a lo largo de la noche y de todo el día.
• Si ha consumido mucha agua y no hay una razón de peso como excesivo calor por ejemplo, entonces le subo media rallita la dosis de la mañana.
• A lo largo del día, hay que observar igualmente qué cantidad de agua bebe y si baja mucho el cuenco de la comida, más de lo normal. Si apenas toca el agua, le bajo media rallita la dosis. Si consume una cantidad razonable de agua, entonces le pongo la dosis de siempre, que en su caso son 2 unidades cada 12 horas.
• Realmente la comida solo me llama la atención si junto con el agua, ha bajado mucho su nivel. Esto querría decir que ha comido y ha bebido demasiado por lo que su glucosa está más alta de lo normal y tengo que subir la dosis un poco más.

Es así de sencillo.

A mucha gente le chocará este método y pensarán que es una locura no medirle la glucosa cada dos por tres. Cada uno es muy libre de pensar lo que quiera y de hacerle a su gato las pruebas que considere. Como he dicho arriba, yo me baso en la experiencia y aporto mi método por si alguien quiere ponerlo en práctica. 

Mi gato comenzó con la diabetes con 8 años y acaba de cumplir 15.

Remisión de la diabetes mielitus en gatos

Algunos gatos diabéticos tras un tratamiento con insulina dejan de necesitarla después de varios meses. Este periodo puede extenderse hasta 3 años como mucho, tras lo cual y una vez que la alta concentración de glucosa en sangre ha sido controlada, el gatito deja de necesitar esta insulina externa y comienza a producirla por si mismo. A esto se le conoce con el término de remisión clínica.

El tiempo de remisión varía ya que depende de cuanto tiempo se ha tardado en tratar la diabetes y si aun existen en el páncreas células productoras de insulina, pero hay que tener en cuenta que la remisión no significa que el animal esté curado del todo ya que aun se necesitarán cuidados especiales sobre todo en cuanto a la alimentación. Lamentablemente este no ha sido el caso de mi gato, que sigue necesitando su dosis de insulina pero es un alivio saber que vuestro gato puede ser uno de estos "suertudos" que algún día dejarán de necesitar su dosis de insulina.

Aquí os dejo la foto de Pachorras, un gato diabético cuya enfermedad, tras su tratamiento con insulina Lantus, ha remitido totalmente y actualmente es un gato sano.